Los bomberos de Palma tuvieron que utilizar una escalera mecánica para atacar el incendio desde arriba. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Un molino de Es Jonquet, que data del siglo XVI y que es una de las estampas más características de la Bahía de Palma, quedó parcialmente devastado en la mañana de ayer a consecuencia de un incendio que se declaró en su interior y que alcanzó las vigas de madera y el techo de paja.

A las ocho de la mañana, aproximadamente, los vecinos de la calle Gambins, detrás de la Plaza del Vapor, detectaron que la construcción estaba en llamas. Se trata de una edificación de gran valor paisajístico y arquitectónico, conocida como Molí den Celos, pero que en la actualidad está abandonado y en franco deterioro. Su silueta es visible desde toda la bahía y sobre todo para los barcos que llegan al Port. Una verja de hierro a pie de calle da acceso al molino y por las noches un indigente duerme en el interior, según contaron vecinos de Es Jonquet. Dentro, se acumulan basuras y ropa y la escalera de caracol centenaria está cubierta por inmundicias. Cuando una primera dotación del Cos de Bombers llegó hasta la calle Gambins las llamaradas salían por la parte superior del molino, junto a las antenas, y ya estaban muy extendidas. Los funcionarios, ante este panorama, solicitaron refuerzos y además de otros bomberos también se desplazaron a Es Jonquet dotaciones de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía.

La primera preocupación de los equipos de emergencia fue comprobar que no había nadie en el interior de la construcción. El denso humo obligó a los efectivos a utilizar máscaras de oxígeno y, al final, se descartó que algún inquilino inesperado hubiera quedado atrapado. El fuego se atacó desde el interior y también desde la calle, aprovechando una escalera mecánica de un camión de los bomberos. Durante una hora fueron arrojando agua de forma interrumpida, lo que sofocó las llamas, aunque no el humo. En cualquier caso, la humareda llegó a ser muy considerable, sobre todo porque se quemaban plásticos, basura y también las vigas y el techo de paja, y los vecinos de Sant Magí y los alrededores se mostraron preocupados por la columna que se alzaba visible y por el ulular de las sirenas de policía.