Media hora antes y la tragedia estaba garantizada. Una terraza de
un piso de Can Picafort se desplomó ayer de madrugada sobre otra y
ésta, con todo el peso de los cascotes, destrozó un bar de la
planta baja en el que poco antes había clientes cenando.
El café restaurante Sa Cova está ubicado en el número 43 de la
calle Issac Peral, en primera línea del mar. El hostelero que lo
regenta, llamado Llorenç, atendió a los últimos clientes pasadas
las 23.00 horas y sobre la media noche cerró el local. El
empresario y su padre, un hombre de edad avanzada, viven en uno de
los pisos superiores de ese mismo edificio de tres plantas y a las
00,31 horas un estrépito los sobresaltó. Sa Cova, un
establecimiento muy conocido en Can Picafort, acababa de
desaparecer. En los minutos siguientes los vecinos fueron bajando a
la calle, tan sorprendidos como asustados, y los equipos de
emergencia llegaron a ese tramo de primera línea. Bomberos, Policía
Local y Guardia Civil precintaron el edificio y comprobaron, en
primer lugar, que nadie hubiera resultado herido.
Los ocho afectados, algunos propietarios y otros inquilinos,
fueron informados a pie de calle de que, hasta nueva orden, no
podían regresar a sus viviendas, y también se les facilitó los
servicios sociales del ayuntamiento por si no tenían dónde pasar la
noche. Todos ellos, sin embargo, contaban con familiares y se
desplazaron a sus casas. El origen del derrumbe no está demasiado
claro, pero un portavoz de la Policía Local explicó que «no es la
primera vez que pasa algo similar en edificios de primera línea del
mar. Podría ser que la estructura de hormigón estuviera dañada por
estar muy cerca del agua».
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