Marc Ziegeweidt llegó a Son Sant Joan el lunes por la mañana, con
un grupo de 60 compañeros de clase, dispuestos a celebrar por todo
lo alto en Mallorca que habían finalizado el curso escolar en su
país.
Y para no perder tiempo ya por la tarde comenzaron a consumir
alcohol. Estaban alojados en el Hotel Luna, en la calle Castellet
de Cala Rajada, y Marc, de 19 años, discutió con una amiga de la
que estaba enamorado. Esa circunstancia provocó que siguiera
bebiendo de forma compulsiva, al igual que sus acompañantes, y
pasadas las tres y media de la madrugada los estudiantes regresaron
al establecimiento hotelero. Marc ocupaba una habitación en el
segundo piso con un compañero y cuando llegó se asomó por el
balcón, cuya barandilla tiene menos de un metro de altura.
Como suele ocurrir trágicamente en estos casos, la euforia llevó
al joven a sacar medio cuerpo por el balcón, con consecuencias
fatales. El turista se precipitó desde unos cinco metros de altura
y cayó en mala posición. La hora exacta del accidente se desconoce,
ya que su compañero de habitación iba tan borracho y cuando llegó
al cuarto se tiró sobre la cama y quedó dormido de forma
fulminante. El resto de muchachos que salieron con ellos también
estaban tremendamente beodos, y nadie vio nada. Un médico del 061
intentó reanimar a la víctima, durante veinte minutos, y al final
certificó el óbito.
La Policía Local de Capdepera acudió en primer lugar al hostal y
luego la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor se hizo
cargo de la investigación. Los agentes tomaron declaración a los
amigos de Marc y al personal del establecimiento, para aclarar las
circunstancias de la caída mortal. Sus compañeros de clase, ayer
por la mañana, no daban crédito al drama. Habían llegado para pasar
unas vacaciones hasta el día 31 de este mes y a las pocas horas de
su llegada uno de ellos ya estaba muerto.
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