El alijo de hachís fue mostrado ayer a los medios de comunicación en la Comandancia. Foto: A.SEPÚLVEDA/L.PLANAS

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Los efectivos del EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga) tenían serias sospechas de que Saturnino M. se estaba dedicando a introducir grandes cantidades de hachís en Mallorca. La droga era adquirida en Marruecos, llegaba en barco hasta la Península y allí era recogida por el presunto «narco».

Para asegurar el éxito de la operación Saturnino utilizaba una autocaravana, ya que de esta forma los expertos antidroga del puerto no podían registrarla, tal y como hacen con los coches. La autocaravana, de hecho, está considerada como una casa móvil y es necesario un mandamiento judicial para inspeccionarla. Merced a estos viajes a Valencia y Barcelona fueron entrando en Mallorca importantes alijos, que eran ocultados en unas instalaciones del polígono industrial de Son Avinent, en la calle Vial-E nave 4. Durante la vigilancia a la que fue sometido Saturnino, los especialistas antidroga constataron que había contactado con algunos individuos relacionados con el narcotráfico. Además del citado almacén, el detenido también visitaba con frecuencia el garaje de una casa que posee en Ciutat Jardí. Allí había aparcado un Seat Ibiza de unos 10 años de antigüedad, que fue precisamente el coche con el que Saturnino fue interceptado con una pequeña cantidad de cocaína hace varios años.

El lunes por la mañana los investigadores consideraron que era el momento oportuno para intervenir y detuvieron al vecino de Palma cuando salía del piso de Ciutat Jardí, a primera hora. En el turismo de la cochera aparecieron unos 50 kilos de hachís y el resto del alijo -unos 950 kilos- se localizaron en 25 fardos en la nave de Sineu. Un portavoz de la Comandancia de Palma informó que la cantidad intervenida es «muy importante», aunque no se puede considerar uno de los grandes alijos de Balears.