El presunto narcotraficante pasó dos días en los calabozos de la
Comandancia de Palma, en la calle Manuel Azaña, después de que el
lunes por la mañana fuera detenido cuando salía de su casa. Los
responsables del EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y
Antidroga) le tomaron declaración sobre la tonelada de droga que
apareció repartida en una nave industrial de Sineu y un garaje de
Ciutat Jardí, y ayer por la mañana lo pusieron a disposición
judicial. El individuo, que cuenta con antecedentes por
narcotráfico, fue interrogado por el titular del juzgado de
instrucción número 10, que a la conclusión del trámite ordenó su
ingreso incondicional en prisión.
Mientras tanto, los investigadores de la unidad Antidroga siguen
con las pesquisas para localizar al resto de implicados. Los
agentes tienen la certeza de que Saturnino no actuaba sólo, sobre
todo porque movía cantidades muy grandes de droga, y la prioridad
policial es ahora arrestar a sus contactos. La operación del lunes
se precipitó porque existía el riesgo de que Saturnino «colocara»
el alijo a alguna red de narcotraficantes, y antes de que el hachís
pasara a otras manos la Benemérita decidió actuar y precintar la
droga. El 'chocolate' procedía de Marruecos, tenía inscrito «euro»
en cada pastilla y era de gran calidad. Con su venta en el mercado
negro se hubiesen podido obtener al menos 1 millón de euros de
beneficio, aunque la cantidad hubiese dependido de la forma de la
venta y de si el hachís estaba muy cortado. A Saturnino le han
intervenido un coche Seat Ibiza, donde aparecieron 50 kilos de
droga, y una autocaravana.
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