La furgoneta en la que circulaba el inmigrante senegalés quedó calcinada. Foto: JOSEP MARIA SASTRE

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Iburahima Diallo pilotaba una furgoneta de la marca Renault Express, cargada con gafas de sol, carteras, bolsos y otros enseres, que iba a exponer en el mercadillo de Manacor, tal y como hacía cada semana. A las 2.20 horas, aproximadamente, parece ser que se quedó dormido al volante y su viejo vehículo, matrícula V-6814-CC, se salió de la calzada por el margen derecho, cerca del cruce de Petra.

La furgoneta volcó en una zona de hierbas secas y quedó envuelta en llamas, con el único ocupante todavía en el interior. Iburahima llevaba puesto el cinturón de seguridad y de momento no se sabe si no consiguió salir porque quedó inconsciente por el golpe o si, por el contrario, no pudo abrir la puerta, que había quedado totalmente deformada, y las llamas le alcanzaron cuando trataba desesperadamente de escapar. Sea como fuere, el inmigrante falleció carbonizado y cuando otros conductores descubrieron su coche ardiendo, a un kilómetro de Manacor, y dieron aviso por el teléfono móvil, ya no se podía hacer nada por él. Los bomberos de Manacor, una ambulancia del 061 y la Guardia Civil de Tráfico se desplazaron hasta el punto kilométrico 6-700 y tras sofocar el fuego comprobaron que en el interior de la Renault Express había un cadáver carbonizado, en la parte del conductor. Atrás, en el maletero de carga, se había salvado parte de la mercancía que Iburahima pretendía vender en el mercadillo de Manacor. Tras confirmar que no había más víctimas, los agentes del subsector de Tráfico procedieron a identificar el cuerpo carbonizado, tarea que fue relativamente sencilla porque en el interior de la furgoneta apareció su documentación personal. Una dotación de Grúas Sangar retiró el vehículo accidentado, que quedó en estado de siniestro total.