Sexo, mentiras y cintas de vídeo. La Guardia Civil ha detenido a
dos prostitutas rusas de 'alto standing' que con la ayuda de un
proxeneta extorsionaron a un ejecutivo mallorquín, al que exigieron
15.000 euros como primer pago para no distribuir una grabación en
la que aparecía con una de las mujeres en pleno contacto
sexual.
El empresario contrató los servicios de una de las dos féminas y
su 'macarra', hace dos semanas, descubrió que se trataba de un
hombre con recursos económicos y que, por ende, podía ser víctima
fácil de una extorsión. El delincuente, que según las prostitutas
es español, puso en marcha la operación y planificó hasta el último
detalle. La rusa que conocía al ejecutivo le llamó por teléfono y
le explicó que tenía una amiga «muy especial» que debería conocer.
El hombre picó y la cita se arregló para la noche del 20 al 21 de
septiembre, en una casa de Santa Margalida. El encuentro erótico
fue filmado por una cámara de vídeo instalada discretamente en una
de las habitaciones y el cliente, ajeno a todo, no descubrió la
trama hasta dos días después. La rusa se puso en contacto con él y
le explicó que tenía «un regalo para ti», supuestamente de un amigo
de sa Pobla. La pareja quedó en Can Picafort y el ejecutivo,
lívido, recibió un misterioso sobre con una cinta de vídeo en el
interior. «Esta noche te llamarán», le anunció la fémina. Y
efectivamente, uno de los extorsionadores habló con él y le hizo
saber que la grabación sería repartida a familiares, jefes y
vecinos si no colaboraba. Como muestra de buena voluntad debía
entregar, al día siguiente, una cantidad de 15.000 euros. El lugar:
un paraje apartado de Llubí, cerca de la carretera que conduce a
Inca.
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