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Font hizo un llamamiento a la ciudadanía para que tome todas las precauciones para evitar el fuego forestal, ya que la época de máximo riesgo todavía no ha finalizado, y mucho menos en estos primeros días de octubre, con unas temperaturas casi veraniegas.

Ese llamamiento está plenamente justificado, pues el 46 por ciento de los incendios forestales de 2004 tiene su origen en las negligencias, siendo el factor de mayor incidencia. Este dato contrasta con los de 2003, cuando la principal causa del fuego fue la intencionalidad, con un 70 por ciento. En 2004, los incendios intencionados se han quedado, aun siendo un dato importante y significativo, en el 32 por ciento.

Entre las causas y motivaciones de negligencia, cabe destacar también que un 36 por ciento de éstas hay que atribuirlas a los fumadores, es decir, a dejar colillas encendidas en bosques o zonas próximas a masas forestales. La negligencia de los fumadores es la mayor de todas. Por detrás, a bastante distancia, se sitúan los trabajos forestales, con un 14 por ciento de las negligencias.

En los fuegos intencionados, el factor de mayor incidencia corresponde a las actividades agroforestales y cinegéticas, con un 28 por ciento, seguido de las problematicas de tipología periurbana, con un 24 por ciento, y las causas sin determinar, con otro 24 por ciento.

Dado que la época de máximo riesgo continúa, la Conselleria de Medi Ambient ha establecido que, incluso en invierno, será obligatorio pedir una autorización para hacer cualquier fuego forestal. Esta obligación debía dejar de ser vigente a partir del 15 de octubre, pero el departamento autonómico ha considerado oportuno mantenerla durante el invierno. El municipio con mayor número de incendios forestales en 2004 es sa Pobla.