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JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
Durante tres horas la autopista de Inca registró retenciones y tráfico lento a consecuencia de la tragedia que sobrevino a las siete y media de la mañana.

La gravedad de la colisión, con dos vehículos, un camión y una furgoneta implicados, obligó al subsector de Tráfico ha realizar un dispositivo especial. El carril hacia Palma quedó cerrado y mientras los equipos de emergencia atendían a las víctimas tuvo que desviarse el tráfico de acceso a la autopista por la rotonda de Inca. De hecho, los vehículos eran desviados hacia la carretera vieja, para que no se sumaran a las retenciones kilométricas que ya se habían formado. Otro problema acuciante era el de los coches atrapados ya en el colapso. Para darles una salida, la Guardia Civil habilitó un trozo de mediana, desde donde pudieron dar la vuelta. Algunos conductores, que pasaron más de una hora atrapados, se desesperaron esperando, y la centralita de la Guardia Civil y del 112 recibió decenas de llamadas de particulares. Las grúas tuvieron que trabajar a contrarreloj para retirar los amasijos de hierro de la calzada y los heridos fueron trasladados a los hospitales de Son Dureta, cuatro de ellos, y a la clínica Juaneda, los otros dos. Uno de los menores se quejaba de un fuerte dolor en el costado izquierdo y en las cervicales, pero el otro estaba completamente callado y sin molestias, lo que inquietó a los médicos que le atendieron. En el Seat Alhambra de los seis alemanes aparecieron maletas, por lo que parece que se dirigían al aeropuerto. Dos vuelos hacia Inglaterra fueron reprogramados para que los turistas atrapados en el caos de la autopista pudieran tomarlos.