La gravedad de la colisión, con dos vehículos, un camión y una
furgoneta implicados, obligó al subsector de Tráfico ha realizar un
dispositivo especial. El carril hacia Palma quedó cerrado y
mientras los equipos de emergencia atendían a las víctimas tuvo que
desviarse el tráfico de acceso a la autopista por la rotonda de
Inca. De hecho, los vehículos eran desviados hacia la carretera
vieja, para que no se sumaran a las retenciones kilométricas que ya
se habían formado. Otro problema acuciante era el de los coches
atrapados ya en el colapso. Para darles una salida, la Guardia
Civil habilitó un trozo de mediana, desde donde pudieron dar la
vuelta. Algunos conductores, que pasaron más de una hora atrapados,
se desesperaron esperando, y la centralita de la Guardia Civil y
del 112 recibió decenas de llamadas de particulares. Las grúas
tuvieron que trabajar a contrarreloj para retirar los amasijos de
hierro de la calzada y los heridos fueron trasladados a los
hospitales de Son Dureta, cuatro de ellos, y a la clínica Juaneda,
los otros dos. Uno de los menores se quejaba de un fuerte dolor en
el costado izquierdo y en las cervicales, pero el otro estaba
completamente callado y sin molestias, lo que inquietó a los
médicos que le atendieron. En el Seat Alhambra de los seis alemanes
aparecieron maletas, por lo que parece que se dirigían al
aeropuerto. Dos vuelos hacia Inglaterra fueron reprogramados para
que los turistas atrapados en el caos de la autopista pudieran
tomarlos.
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