Catalina Valens lleva ya 24 días de huelga de hambre en Palma como
acto de protesta ante la retirada de la custodia de sus dos nietos,
ingresados en un centro de acogida. Catalina, que reside
habitualmente en Portocolom, pasa el día tumbada ante las puertas
de la sede del Consell de Mallorca, sobre una manta vieja y una
colchoneta hinchable, rodeada de los recortes de periódico que
hablan sobre su caso y de grandes cartones en los que denuncia su
situación de desamparo. «Si hace falta estaré hasta fin de año. No
quiero que mis nietos pasen otras navidades en un centro de
acogida», comentó a este periódico.
En fechas recientes, Catalina decidió interponer una denuncia
ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Baleares
contra dos trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Felanitx, al
considerar que el expediente por el que se le retiró la custodia a
sus nietos está «plagado de mentiras».
Este expediente denunciaba que los niños vivían en una casa que
no reunía las condiciones de habitabilidad mínimas, que los menores
presentaban déficits culturales y que en su familia había una serie
de antecedentes de maltratos, consumo de drogas, problemas con la
Justicia e incluso abusos sexuales.
Sin embargo, en la denuncia presentada por la abuela de los
menores se resalta que ninguno de estos datos está «contrastado ni
estudiado». Catalina también denuncia que los trabajadores sociales
le atribuyen falsamente que siguió un tratamiento con metadona, y
que la acusaron de ser la causante de un accidente de tráfico por
el cual el menor sufrió politraumatismos.
La denuncia que presentó califica de «barbaridad» esta última
acusación, así como unos presuntos abusos sexuales cometidos por el
abuelo de los niños. En este sentido, Valens ha indicado que se
realizó una exploración al menor en Son Dureta que negaba la
existencia de estos abusos. «El informe decía que no se podían
comprobar los abusos porque mi compañero los había cometido 'por la
oreja', lo cual es ridículo. No pido la custodia, sino poder ver a
mis nietos y que se revise el expediente, que llevo diez meses sin
ver», reclama Catalina.
Por su parte, fuentes del Consell indicaron que la decisión que
permitiría ver a los nietos está en manos del fiscal, deberá
resolverse tras un proceso judicial y no depende de la institución
insular. «El Consell está teniendo que aguantar estoicamente la
irracionalidad de esta señora», señalaron estas fuentes, quienes
agregaron que Valens está recibiendo la asistencia de médicos y
personal del 061 y «necesita tratamiento psiquiátrico».
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