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El robo o el ajuste de cuentas son las hipótesis que se barajan como móviles del asesinato de dos jóvenes de etnia gitana de 17 y 16 años de edad y de su hija, de 6 meses, ocurrido ayer de madrugada en el número 33 de la calle de Sánchez Preciado, del distrito madrileño de Tetuán. Al asesinato se produjo alrededor de las tres y media. Los vecinos escucharon gritos de auxilio y telefonearon al 091, que envió una dotación policial. Los primeros agentes que llegaron vieron que en el patio exterior estaba el cadáver de un menor de 17 años con dos heridas de arma blanca, una de ellas a la altura del corazón. En una habitación junto a la cama fue hallado el cadáver de su esposa, también menor de edad, que presentaba al menos cinco puñaladas, y en otra cama la hija de ambos, de seis meses que también estaba muerta y presentaba dos heridas de arma blanca en el tórax. El piso estaba desordenado, se encontró dinero y la policía estima que no se pueden descartar los móviles del robo ni el de ajuste de cuentas. Sin embargo, La familia de los muchachos sostiene que el robo ha sido la causa del triple asesinato y afirmaron a las puertas del Anatómico Forense que «este crimen no va a quedar así, porque una muerte se paga con otra». El tío del joven asesinado, Valentín Flores, explicó que su sobrino se dedicaba a la venta ambulante de fruta y guardaba dinero en casa lo que, junto al revuelo en que existía en la vivienda de las víctimas, les hace pensar que el robo ha sido el móvil de las muertes.

Asimismo señaló que la puerta del patio de la vivienda estaba abierta y no había sido forzada y señaló que «unos rumanos y sudamericanos», vecinos de las víctimas, han podido ser los responsables «por dinero». La policía ha señalado que el joven asesinado estaba implicado en un homicidio cometido en 2003.