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EFE-TARRAGONA
El jurado popular declaró ayer, por unanimidad, culpable de violar y asesinar a la niña Tamara Navas, de 9 años, a Juan Miguel Cerrillo, el albañil de 48 años en cuyo domicilio fue hallado el cadáver de la pequeña, que desapareció en marzo de 2001 cuando jugaba con unos amigos en una plaza de Salou.

El jurado popular considera como principal motivo de su veredicto, hecho público ayer, que durante la vista oral ha quedado probado que la menor falleció en la misma cama donde en febrero del año 2002 unos operarios encontraron su cuerpo cuando acudieron a limpiar la casa.

Según los nueve miembros del jurado, tras asesinar a la pequeña Cerrillo empezó a acumular montañas de basura para «ocultar el olor» que desprendía el cuerpo en descomposición, y no debido a su adicción al alcohol y a las drogas porque, aunque consumía, no lo hacía «en cantidades excesivamente altas».

El jurado popular descarta, asimismo, que Juan Miguel Cerrillo sufra algún trastorno de personalidad, si bien presenta «algunos rasgos de trastorno esquizotípico».

También ha tenido en cuenta las declaraciones de algunos testigos que aseguraron que el acusado quedó con su víctima el día de autos, el 3 de marzo de 2001, en la plaza Sant Jordi donde la menor solía jugar con sus amigos. El veredicto afirma que la fase testifical ha puesto de manifiesto que Cerrillo solía hacer comentarios sexuales sobre mujeres y niñas tales como «qué pechitos tiene» (sobre una niña) o «todo lo que camina vale».

Otra de las cuestiones destacadas por el jurado es que, durante la vista oral que se celebró del 27 de octubre al 3 de noviembre en la Audiencia de Tarragona, Cerrillo declaró que se encontró, una mañana, con el cadáver en su casa y que, días más tarde, lo «semi-envolvió» con un plástico para no verlo.