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Estefanía, Angélica y Alicia son tres jóvenes de Burgos que están pasando unos días de vacaciones en Mallorca en casa de su tía, en Son Ferrer (Calvià). El pasado jueves por la mañana, cuando se levantaron, vieron que en la casa habían aparecido grietas y se asustaron, por lo que llamaron a los servicios de emergencia. De inmediato se desplazaron al domicilio, ubicado en la calle Astor, varias patrullas de la Policía Local de Calvià y se avisó a los Bombers del Consell de Mallorca.

Los técnicos revisaron el resto de la vivienda y parte del bloque de apartamentos para realizar una primera evaluación del estado de la estructura. Mientras tanto, los agentes se pusieron en contacto con la propietaria de la vivienda para explicarle las actuaciones que estaban llevando a cabo. Los policías estuvieron esperando la decisión de los técnicos por si tenían que desalojar el edificio. Los técnicos decidieron que lo mejor era apuntalar la mitad del apartamento para evitar algún desprendimiento.

Los agentes llegaron primero y entraron a la vivienda para ver lo que estaba sucediendo. Al ver que la situación no era grave se anuló la petición de presencia de los bomberos y se alertó a los técnicos y a la brigada del Ajuntament de Calvià. Los miembros de la brigada golpearon uno de los pilares principales y comprobaron que no estaba en buen estado ya que cayó un trozo de cemento.