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Un hombre de 46 años ha presentado una demanda en el TSJB en la que reclama una indemnización millonaria al IB-Salut y Mutua Balear por negligencia médica referente a la atención de médicos de Son Dureta que, después de acudir tres veces en cinco días con un fuerte dolor en su pie izquierdo, le amputaron la pierna.

Los hechos se remontan al 19 de septiembre de 2001. Manuel Cordero, camionero y vecino de Inca, sufrió trabajando un golpe en el dedo gordo del pie. El abogado defensor, Antonio Martínez, pide una indemnización de 350.000 euros más el daño moral, acondicionamiento de la vivienda y la pérdida de capacidad económica. Según explica Martínez, la «negligencia médica, la falta de reacción y el desfase entre servicios» provocaron que este hombre acabara sufriendo un tromboembolismo pulmonar y una incapacidad absoluta.

Cordero cobra una pensión de 900 euros. Según la defensa, el error médico comienza en la primera visita que realizó Cordero a la Mutua Balear tras sufrir el golpe en el dedo. El médico le diagnosticó «uña encarnada y que tenía un problema con el zapato». Por la tarde acudió al PAC de Inca, donde le detectaron «gravedad en el dedo». Horas después se fue a Son Dureta donde un médico residente le pidió consulta externa de cirugía vascular y le dijo que podía irse. Al día siguiente regresó con un fuerte dolor. Le dieron un calmante y le enviaron a casa. Al día siguiente fue al PAC de Inca y el médico dijo que la herida era «muy grave» y le envió a Son Dureta, donde pasó la noche en una silla y no ingresó. El 23 de septiembre, después de toda una noche esperando le ingresaron. Diez días después se llevó a cabo la primera amputación. La segunda se produjo el 11 de octubre, mientras once días después se hizo la tercera. Según destaca el abogado, todas las amputaciones se hicieron de Urgencias y dice que los problemas surgieron porque entre los médicos que atendieron a Cordero «había residentes y hasta tres facultativos que ya han sido condenados por otro caso parecido».