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Las llamas devoraron ayer tarde un gran catamarán de más de 14 metros de eslora que estaba colgado de una grúa en el muelle de Palma a la espera de ser reparado, según informaron en fuentes de la Policía del Puerto.

Los bomberos arrojaron ingentes cantidades de agua subidos en el brazo mecánico de la grúa, pero no pudieron evitar que «Two Dragons» quedara arrasado. La noche cerrada y la escasa iluminación entorpecieron las tareas de extinción, y los equipos de emergencia se esmeraron para que las llamas no dañaran los barcos en dique seco que se encontraban a escasos metros. Aún así, las fuentes consultadas indicaron que «al menos dos o tres» embarcaciones sufrieron los efectos de las altísimas temperaturas. El casco de estas naves también quedó ennegrecido por el humo.

La embarcación «Two Dragons», de bandera inglesa, se encontraba en fase de reparación en los astilleros y a eso de las 18.45 horas empezó a arder. La cabina de control de acceso se encuentra relativamente cerca y fue el agentes de guardia quien detectó las llamas y dio la voz de alarma. Una docena de bomberos, apoyados por un camión y una grúa con escalera, empezaron a combatir las llamas, ayudados por la Guardia Civil y la Policía del Puerto. El catamarán era de fibra y el fuego se propagó con gran rapidez.

Durante aproximadamente una hora los bomberos continuaron arrojando agua, hasta asegurarse de que el incendio estaba extinguido. El catamarán había sido sacado del agua esa misma mañana y su dueño, un hombre extranjero, pidió que revisaran el motor porque había detectado una avería. La Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar las causas del siniestro y anoche se especulaba con la posibilidad de que una chispa originara el desastre. Con todo, habrá que esperar al informe final para saber qué le pasó al «Two Dragons».