El grupo que partió el miércoles de Palma posa junto al cargamento de ayuda humanitaria en el aeropuerto de Medan. Foto: PEDRO PRIETO

TW
0

Tras casi dos días de avión (Palma-Atenas-Barhein-Calcuta), llegamos a Medan (viernes), la tercera ciudad más importante de Indonesia, donde nos estaban esperando representantes de la ONG ADRA, que junto con Bomberos sin Fronteras, el Fons, el Govern y el Consell colaboran en este gran envío de alimentos y enseres a dos zonas de esta gran isla que, sobre todo en su parte norte, Banda Aceh, que es hasta donde intentaremos llegar hoy por carretera, se ha visto muy afectada por el maremoto.

Mientras sobrevolamos el enjambre de archipiélagos en esta zona del Índico, visto el panorama desde el aire nos parece imposible que algo más de quince días atrás, lo que hay a nuestros pies fuera puro infierno a causa de una tremenda ola que sembró muerte y devastación a su paso. En lo que descendemos, el coordinador de Futura nos explica que el viaje ha durado tanto por tres motivos: porque el avión no tiene autonomía para hacerlo directo; por las ocho toneladas de peso, y porque hasta el último minuto se tuvo que negociar para aterrizar en Medan.

Una vez en tierra, donde nos abofetea un calor espantoso, agravado por una humedad pegajosa, en apenas una hora dejamos sobre la pista, a pies del avión de Futura, cerca de ocho mil kilos de material entre medicinas, ropa, alimentos, un hospital de campaña y una depuradora, y digo descendemos porque ahí colaboró todo el mundo, desde el comandante de la nave hasta quien suscribe, pasando... pues eso, por todos, además de una brigada que el hospital de ADRA-Medan puso a nuestra disposición.

Aparte de que había ganas por parte de todos de poner este convoy en marcha lo más pronto posible, la descarga se hubiera tenido que hacer igualmente a toda prisa, dado que la pista de estacionamiento del aeropuerto es más bien pequeña y hay que despejarla cuanto antes porque hay muchos aviones sobrevolando esta urbe, de más de tres millones de habitantes.

Tras el desembarco de material, que es distribuido en tres camiones, sumergidos en un intensísimo tráfico en el que te encuentras minibuses, todoterrenos, motocicletas, taxis-bicicleta, viandantes que se te cruzan cuando menos te lo esperas, etc., nos hemos desplazado hasta el hospital, donde lo hemos dejado todo bajo techo debido a que nos han dicho que aquí, en menos de nada, se puede desatar una tormenta de mil pares de demonios. La intención es cenar pronto, acostarse temprano -por fin-, tras dos días de butaca de avión, pillaremos una cama, aunque a partir de esta noche dormiremos en sacos de dormir, ya que la jornada que nos espera es durilla pues, como les he dicho, deberemos salvar la distancia entre Medan y Banda Aceh en unas 14 horas.