Tamarís Quintero pasó ayer la peor noche de su vida. Esta joven
colombiana, vecina de Es Rafal Nou, se despertó con su piso en
llamas y estuvo a punto de arrojarse desde el balcón, para salvarse
ella y el niño que espera. Los bomberos la rescataron con síntomas
leves de intoxicación y una crisis de ansiedad.
El edificio en cuestión se encuentra emplazado en el número 2 de
la calle Mimosa y a eso de la 1.35 horas, aproximadamente, la sala
quedó envuelta en llamas. Todo indica que el fuego se inició por un
cortocircuito, y el sofá, una televisión, un equipo de música y
otros aparatos se incendiaron a continuación. El siniestro provocó
un humo muy denso, y Tamarís se despertó casi sin poder respirar.
El fuego impedía que saliera por la puerta principal y la
embarazada se dirigió hacia el balcón, con la intención de saltar
los cuatro metros que separan el piso de la calle.
La Policía Local de Palma y los bomberos recibieron llamadas
telefónicas de vecinos que explicaban, angustiados, que una joven
embarazada estaba atrapada en la vivienda. La rápida actuación de
los equipos de emergencia evitó un desenlace más trágico, pero aún
así Tamarís tuvo que ser evacuada hasta Son Llàtzer en una
ambulancia del 061. Otra persona también fue atendida con una
crisis de ansiedad. Los médicos temían que ella o el bebé hubieran
sufrido daños, pero al poco tiempo recibió el alta y regresó al
edificio de la calle Mimosa. Sin embargo, tuvo que quedarse en la
casa de un vecino porque los desperfectos en su piso eran
cuantiosos. La sala quedó devastada, y el humo afectó a los techos
y paredes del resto de la vivienda. Desde la calle también era
visible el impacto del fuego: la terraza estaba ennegrecida y los
cristales habían reventado. Al fin y al cabo, podría haber sido
mucho peor.
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