El robo se cometió entre la una y las cinco de la madrugada y
ayer por la mañana, a primera hora, el encargado que se disponía a
abrir las instalaciones descubrió lo ocurrido. Los investigadores
de la Policía Judicial de la Guardia Civil visitaron por la mañana
el negocio, ubicado en un tramo recto de la carretera de Cap Blanc,
pasado el cruce de Cala Blava. En la parte de atrás, los butroneros
consiguieron abrir un boquete de un metro de altura por casi un
metro de ancho, y accedieron a las oficinas de la estación. La
alarma no saltó o fue neutralizada, por lo que los delincuentes
tuvieron tiempo para concluir su trabajo.
Registraron el interior del negocio y cuando localizaron la caja
fuerte la abrieron con una máquina de disco, sin demasiadas
complicaciones. En su interior había 24.000 euros en efectivo, toda
la recaudación de los últimos dos días, y los intrusos todavía
tuvieron tiempo para apoderarse de cartones de tabaco y de licores.
Así pues, el botín podría superar los cuatro millones y medio de
las antiguas pesetas, sin contar los desperfectos que ocasionaron,
y que fueron cuantiosos.
La estación de Cepsa, próxima a la urbanización de Las Palmeras,
ya fue asaltada hace algunos años. La Guardia Civil permaneció en
el negocio por espacio de casi dos horas, analizando el modus
operandi de los asaltantes. Luego, unos obreros repararon los daños
exteriores, para que la gasolinera pudiera seguir funcionando.
Desde la Comandancia de Palma se confirmó que, casi con seguridad,
el asalto fue cometido por la misma banda de butroneros que viene
actuando desde hace algunas semanas en distintos puntos de la
Isla.
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