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Una pata de jamón mantuvo en vilo ayer durante varias horas a Policía local de Calvià, Guardia Civil y más de 200 turistas que se encontraban tomando apaciblemente el sol en la pequeña Cala Blanca, en la Costa de la Calma. La causa de esta alarma la provocó una buceadora que, sobre las 12.00 horas, vio entre las rocas y a unos 50 metros de la costa unos huesos y se alarmó al pensar que podían ser restos humanos. La mujer acudió hasta la oficina de atención ciudadana de la Guardia Civil en la playa de Santa Ponça, y en seguida se movilizaron policía local y guardia civil de Palmanova, con el teniente del puesto al frente.

Las fuerzas de seguridad coparon la playa y durante cerca de dos horas se mantuvo la incertidumbre y el nerviosismo entre los turistas, que se preguntaban qué estaba pasando. Sobre las 14.00 horas, tres buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) comenzaron a efectuar inmersionas hasta que, una hora más tarde, lograron sacar los restos en una bolsa plástica, comprobando con alivio que no se trataba de ningún crimen. La pregunta es, ahora, cómo llegó esta 'misteriosa' pata de jamón hasta el fondo del mar.