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El otro día me comentaron que en Son Banya se había encendido la iluminación navideña y que era «muy bonita». Así que, la noche del lunes al martes, me di un paseo por el lugar y, a continuacion, les hago un resumen de lo que vi. Para empezar, y como ya les hemos informado de lo que suele ocurrir los fines de semana y vísperas de festivos, coches por un tubo por las carreteras de acceso al poblado. A lo lejos se divisa ya un esplendor en el cielo, y mientras te vas acercando no puedes evitar que se te ablande el corazón. ¡Oh, la Nochebuena, Navidad, Reyes! ¡Qué bonito! Luces por aquí, luces por allá, alguna que otra rata que se mueve en las sombras, coches estacionados en doble fila, personas que hacen cola en viviendas... y noto a faltar algún que otro villancico. Lo único que escucho es el sonido del silencio, que se rompe cada vez que llega un coche o que otro de los que ha llegado hace escasos minutos pone el motor en marcha para marcharse con viento fresco. Noté a faltar un puesto de venta de castañas calientes, una zona VAP, otra de ORA y policías para regular el tráfico. La calle más iluminada es la segunda a la derecha, que sería la avenida principal donde hay más puntos de venta de drogas. Bueno, yo creo que se venden drogas... si creo que lo debe de saber hasta el Fiscal Antidrogas de Balears. Esta «avenida» vendría a ser el centro comercial del poblado. Los comerciantes no están afiliados a ninguna patronal, más bien creo que son autónomos. Lo más vergonzoso es que creo que esta iluminación la pagamos todos. Por contra, en las calles de Palma donde hay iluminación los comerciantes (que no vendan drogas ¡eh!) tienen que rascarse los bolsillos. Pero bueno, en Son Banya son «pobres», tendrán sus navidades blancas, y no será precisamente por la nieve.