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Al menos 116 personas perdieron la vida ayer al estrellarse un avión militar cargado de pasajeros civiles contra un edificio de diez plantas en el extrarradio de Teherán.

El aparato, un AC-130 «Hércules» construido para el transporte de tropas pero que estaba repleto de periodistas enviados en misión especial, perdió altura poco después de despegar tras incendiarse uno de sus motores.

El piloto trató de realizar un aterrizaje de emergencia en el propio aeropuerto de la capital, pero fue incapaz de controlar la aeronave, que se estrelló contra la parte superior del edificio, que por fortuna no se derrumbó.

Sin embargo, los 90 viajeros a bordo del avión -ochenta pasajeros y 10 tripulantes- perdieron la vida, al igual que otras 26 personas que habitaban el inmueble o que a esas horas transitaban por las calles del humilde y populoso barrio de Shahrak e Tawhid, en el extrarradio capitalino.

«La cifra de víctimas asciende a 116», confirmó una vez concluidas las labores de rescate Mujtaba Mirabdollahi, portavoz del Ministerio de Interior citado por la agencia estudiantil de noticias ISNA, la segunda en importancia del país.

La tragedia pudo ser, no obstante, mayor, ya que en el edificio vivían alrededor de 250 personas, la mayoría familias de miembros del Ejército, informó uno de los agentes de los servicios de socorro.