La policía ha desarticulado, en una operación realizada en Murcia y
Alicante, a una banda de seis atracadores de joyerías colombianos
que podría haber obtenido un botín de 300.000 euros en al menos
diez atracos.
Los detenidos actuaban con extrema violencia y portaban armas de
fuego con las que amenazaban a sus víctimas, a las que maniataban y
golpeaban con las culatas de las pistolas cuando ofrecían
resistencia.
La «operación Àgata» ha permitido demostrar la participación de
los detenidos en diez atracos, cinco en joyerías, cuatro de ellas
de Murcia y una de Orihuela (Alicante); dos en empresas de Murcia y
de Martos (Jaén); dos en clínicas médicas de Murcia, y un atraco en
plena vía publica a un representante de un concesionario de
vehículos. Durante los atracos mantenían vigilancia en el exterior
de las joyerías y arrancaban los cables telefónicos de los locales
donde estaban robando.
El grupo, con una estructura «organizada, estable y
perfectamente jerarquizada», según la policía, planificaba sus
acciones delictivas de forma meticulosa, vigilaba durante varios
días los establecimientos y adoptaba fuertes medidas de seguridad
para realizar el atraco con el menor riesgo y lo más rápidamente
posible.
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