Por otra parte, la policía local de Andratx tuvo que cerrar ayer un
tramo de dos kilómetros de la carretera que une Camp de Mar y el
Port d'Andratx debido a un nuevo y peligroso desprendimiento. El
corrimiento de tierras tuvo lugar en las obras de unos chalets de
la calle Gardenia en la noche del lunes. Allí, un muro de hormigón
cedió varios metros debido a las obras que se estaban realizando
para construir una pared de contención.
Otro de los torrentes que estuvo ayer al borde de su capacidad
durante algunas horas fue el de Sant Miquel, entre Inca y
Campanet.
En Inca, las fuertes rachas de viento registradas el lunes por
la noche provocaron la caída de ramas y de algunas vallas, por lo
que se produjeron llamadas a los Bomberos del Consell a lo largo de
todo el día.
En Pollença, la lluvia provocó la inundación de la ronda, un
hecho habitual cada vez que llueve en esta localidad.
El hundimiento del terreno, en una zona escarpada, dejaba muy
expuestos a los vehículos que circulaban por el lugar. La policía
local envió varias patrullas y los agentes, tras recorrer los 50
metros dañados, decidieron el cierre de la vía. Luego llamaron a
los arquitectos responsables de la obra, quienes ordenaron la
instalaron vallas y la colocación de una pequeña protección hasta
la llegada de un técnico de la Conselleria de Obres Públiques i
Urbanisme, que estudió los daños.
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