Hace un mes, los periódicos publicaron lo que parecía ser un
espectacular accidente en la serra de Tramuntana. Un Renault 9 en
el que viajaba un matrimonio de marroquíes se despeñó en un día de
lluvia por un precipicio de 120 metros en la carretera Deià-Sóller.
Los ocupantes explicaron que salvaron la vida de milagro, porque no
llevaban puesto el cinturón de seguridad y pudieron saltar del
vehículo a tiempo.
La pareja quedó ingresada en Son Dureta, aunque fue dada de alta
el mismo día al sufrir únicamente heridas leves. El accidente cayó
en el olvido hasta que, una semana después, la mujer denunció que
en realidad fue el marido quien despeñó el coche con la intención
de matarla. La Guardia Civil investigó y varios días después el
marido fue detenido. Youssef B. declaró ante el juez y quedó en
libertad bajo fianza, con la obligación de presentarse en el
juzgado los días 1 y 15 de cada mes.
Ayer, el coche fue retirado del escarpado olivar en el que
permanecía desde el 4 de enero. Un helicóptero de la compañía de
seguros lo trasladó hasta un lugar despejado junto a la carretera.
Allí, un remolque de Grúas Sóller lo llevó hasta un depósito de
Palma. El dueño declaró a la compañía que no quería
responsabilizarse del vehículo. Los destartalados restos del
Renault 9 permanecerán así en un lugar más accesible para que la
Guardia Civil pueda buscar indicios, en caso de que la causa
judicial contra el conductor prosiga.
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