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La Audiencia Provincial ha condenado a penas que suman 52 años y medio de cárcel a cinco 'narcos'detenidos en mayo de 2004 con un alijo de seis kilos de cocaína, aunque la policía sospecha que introducían en Mallorca cada mes hasta treinta kilos de droga, distribuida posteriormente en Son Gotleu, Son Banya y Manacor.

El grupo de estupefacientes tenía intervenidos los teléfonos de los implicados, aunque éstos hablaban utilizando un lenguaje «médico» que impedía comprender el sentido de las conversaciones, con intercambios del tipo «no sé si estará ya en el médico, ya estará a punto», o «tiene que estar por allí, en la sala de espera».

El clan estaba formado por una familia gitana que operaba desde el Prat de Llobregat, en Barcelona. El proveedor era Juan Antonio V.P., quien contactaba con el matrimonio compuesto por Antonia S.N. y Rafael V.N. para que organizaran la distribución de la droga. Esta pareja llevaba un alto nivel de vida, hasta el punto de que el hombre tenía seis cuentas bancarias y seis coches de lujo, entre los que figuraban un Audi y un Porsche. En sus viajes, se alojaban siempre en hoteles de lujo.

El matrimonio utilizaba a su vez los servicios de las «correos» María José U.M. y Jessica P.G., quienes viajaban desde Barcelona transportando la droga.

La banda fue desarticulada después de una larga investigación llevada a cabo por la policía con el nombre de operación «Flamenco».

Por fin, el 13 de mayo se averiguó que las dos «correos» iban a viajar desde Barcelona a Palma en avión. Las mujeres iban acompañadas de una niña de siete años, y fueron detenidas nada más llegar a Palma cuando se dirigían a los aseos. En una mochila, las mujeres llevaban seis kilos de cocaína de una pureza del 79% y casi medio kilo de heroína. En total, la droga habría alcanzado un valor de 880.000 euros en el mercado ilegal.

Las «correos» aseguraron que vinieron a Palma para entregar su «curriculum» en una empresa de trabajo temporal. Más tarde llegaron a reconocer que llevaban la 'coca', aunque «creían» que se trataba de hachís. En concreto, una de ellas afirmó que un nigeriano les dio la droga en el aeropuerto de Barcelona, pero fueron incapaces de dar una mínima descripción física.

El fallo condena a todos los acusados a penas que oscilan entre los seis y los 12 años, y a multas que suman ocho millones de euros. Las defensas, representadas por Miguel Ill, Gaspar Oliver, Miquel Angel Cardell, José Àngel Plaza y José María Fuster, pidieron la impugnación de las escuchas telefónicas al considerarlas ilegales, y se espera que recurran la sentencia al Tribunal Supremo.