De repente, un estruendo los sobrecogió. Un enorme cráter se tragó
parte del suelo, que se desplomó sobre el sótano. El hombre quedó
muy cerca del boquete, indemne, y su esposa sufrió un ataque de
histeria. Había quedado atrapada y tuvo que ser rescatada. A los
pocos minutos del derrumbe numerosas dotaciones de la Policía Local
acudieron a esa calle, a toda prisa. No se sabía todavía a ciencia
cierta qué había pasado, o si había heridos. Los bomberos y una
ambulancia también llegaron a la casa, y mientras los primeros
iniciaban la evaluación de daños los médicos atendían a la mujer
atacada de los nervios.
La planta baja más afectada se encuentra ubicada en la calle
Moredes confluencia con Lleó. Es propiedad de un hombre de 58 años
y una mujer de 60, ambos muy conocidos en la localidad. Ayer por la
mañana él estaba barriendo y ella se encontraba a poca distancia,
realizando tareas domésticas.
Las causas del desplome están bajo investigación, pero todo
apunta a que una máquina excavadora que trabajaba en el solar
vecino -donde se construirá otro edificio- rozó la pared del sótano
y abrió un agujero. La casa ha quedado seriamente dañada y ayer los
técnicos pensaban que era necesario derribarla para volverla a
levantar, con nuevos cimientos.
El ayuntamiento se entrevistó con los afectados y contactó con
el Ibavi para que les facilitara una vivienda provisional. Además
del matrimonio mencionado, otras dos familias fueron evacuadas. Sus
casas no habían sufrido desperfectos visibles, aunque estaban muy
cerca del agujero y los arquitectos debían determinar si la
estructura había resultado afectada.
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