La Policía Judicial, que se ha hecho cargo de las diligencias, realizó ayer una inspección ocular en el domicilio. Foto: JOAN SOCIES

TW
0

ASSUMPTA BASSA/JOAN SOCIES
El pueblo de Capdepera amaneció ayer consternado ante la trágica muerte de Saimonas Kulikovas, un niño de seis años que falleció en el incendio de su vivienda el sábado por la noche, al intentar escapar de las llamas. Los comentarios se podían oír en cualquier parte de la localidad. Era la trágica noticia del día. En los bares y en las calles nadie se explicaba lo sucedido y eran muchos los que se quedaban impresionados ante el relato de los hechos.

Con una gran conmoción y una enorme sensación de tristeza vivían ayer los vecinos del Carrer Major, así como otros muchos que se acercaron para ver el lugar de la tragedia, los acontecimientos ocurridos la noche anterior. Muchos declaraban «no haber dormido» ante la desgracia ocurrida, los que conocían a la madre y al niño no quisieron hablar de lo apesadumbrados que seguían. Otros cuestionaban el hecho de que «el niño estuviera solo». Pero todos coincidían en afirmar que «era una terrible injusticia» y un «auténtico desastre». También se podían oír otros comentarios sobre que «la madre había dejado en alguna ocasión al niño encerrado con llave cuando salía a trabajar».

Ayer por la mañana, efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor se desplazaron al lugar de los hechos, en el Carrer Major, número 47, para hacer una inspección ocular. Los agentes recogieron una serie de muestras que serán analizadas en un laboratorio de Madrid para determinar las causas del incendio. En este sentido, los investigaciones mantienen mucha cautela y ayer apuntaron a que se produjo de forma accidental. Lo que sí parece claro es que el fuego comenzó en la sala de estar y después se propagó con rapidez por la casa. Saimonas Kulikovas trató de huir pero falleció quemado en el balcón.

Durante la jornada de ayer, la Guardia Civil también se entrevistó con algunos vecinos que presenciaron el incendio y llamaron a los servicios de emergencia, así como con la madre del pequeño, aunque ésta todavía se encontraba en estado de «shock». Las diligencias se enviarán al Juzgado de Instrucción número 1 de Manacor, que se encarga del caso.

El pequeño y su madre, de nacionalidad lituana, vivían en Capdepera desde hacía algún tiempo. Saimonas estudiaba en el colegio público de s'Alzinar y su madre trabaja en un restaurante en Cala Rajada. Al parecer, no tenían aquí a ningún otro familiar, aunque la mujer ha recibido el apoyo y la ayuda de vecinos y amigos.