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JUAN POYATOS
Está situado en el centro de Colonia (Alemania) y es un enorme edificio azul de once plantas y 126 habitaciones específicamente diseñado como burdel. 'Pascha' representa el concepto moderno de prostitución por el que ha apostado Alemania. Se trata del mayor prostíbulo de Europa. Limpio, bien organizado y eficazmente germano, 'Pascha' se asemeja más a un gran hotel de lujo que a un burdel.

Para trabajar en 'Pascha' las mujeres deben aportar todo tipo de documentación como certificados sanitarios y laborales. Las mujeres están dadas de alta en la Seguridad Social y 'Pascha' paga una cantidad diaria al Ayuntamiento por cada una de ellas. 'Pascha' aporta a las arcas estatales unos dos millones de euros al año. Suma que sale de los bolsillos de los casi 30 mil clientes que acuden mensualmente al local. Es decir, en teoría, más de 300 mil hombres al año lo visitan.

El edificio se construyó en los años 80 y viven cerca de 150 mujeres de todas las nacionalidades. Cincuenta personas más trabajan dando servicios de seguridad, limpieza, mantenimiento y sanidad. Las chicas pagan 180 euros diarios por su habitación, en la que viven y trabajan casi todo el año. La planta novena es de uso exclusivo para las chicas y los empleados.

Disponen de servicio médico, administración, lavandería, tiendas, salón de belleza, restaurante, terraza, bares, salas de descanso, etc. Algunas mujeres llevan viviendo en 'Pascha' desde su inauguración y todas las habitaciones están ocupadas. Durante los fines de semana, carnavales o para los próximos mundiales de fútbol, los propietarios se ven obligados a hacer un sorteo para dar respuesta a las centenares de solicitudes de chicas de todas partes del mundo.

Los clientes negocian con cada chica el precio del 'servicio'. La nueva regulación, vigente en Alemania desde 2002, permite ejercer esta profesión libremente, aunque la ley matiza que los precios los ponen las mujeres. En Alemania, mujeres u hombres pueden trabajar como 'autónomos del sexo' o en una empresa legalmente establecida. Las prostitutas no están obligadas a estar con clientes que no deseen y la empresa no se podrá quedar, según la ley, una parte de sus beneficios, simplemente les cobrará una cuota por el uso y mantenimiento de las instalaciones.

Esta regulación estricta de la actividad y las magníficas instalaciones de 'Pascha' han hecho disminuir la prostitución callejera en Colonia, por lo que ha descendido también la corrupción y las mafias, y se ha frenado el avance de las enfermedades de transmisión sexual y mejorado la imagen de la profesión más antigua del mundo. En el edificio 'Pascha' de Colonia hay tres elementos independientes. En la planta baja hay un teatro cabaret que puede albergar hasta 500 personas por actuación. En el local los números son realizados por unas 30 bailarinas profesionales de muy alto nivel con las que está totalmente prohibido mantener relaciones.

El segundo elemento lo constituyen las ocho plantas destinadas a albergar a las chicas que viven allí. Para acceder del cabaret a las plantas de las chicas hay un control de seguridad donde es preciso pagar cinco euros. El tercer elemento, independiente de los dos anteriores, está en una planta superior donde, por 100 euros el cliente puede disfrutar de un bar de lujo con barra y buffet libre, un masaje terapéutico, hasta 24 horas de estancia tranquila en salones privados, sauna y media hora íntima con una chica.