Dos mujeres y un bebé se vieron ayer obligados a saltar desde un
tercer piso para escapar de un incendio que destruyó por completo
la casa de abajo. Los tres sufrieron únicamente heridas leves, a
pesar de arrojarse desde una altura de nueve metros. El fuego
comenzó sobre las 09.15 horas de ayer en el número 56 del Camí de
Son Gotleu. Jaime, que había llegado de su trabajo de encofrador la
noche anterior, estaba durmiendo en su cuarto cuando el olor a humo
procedente del salón le despertó bruscamente. «Salté de la cama y
fui a por mi padre, de 62 años y cojo de una pierna, lo cogí y me
lo llevé arrastrando hacia la calle». Los dos escaparon de milagro
de las llamas, que se habían extendido con mucha rapidez en el
domicilio.
La situación se comprometió mucho más para los inquilinos del
piso de arriba. Se trata de dos familias de nigerianos que llevan
varios años en el vecindario. Uno de ellos, John Odigie, estaba
tumbado en la cama cuando oyó un extraño ruido. «Pensé que era una
baldosa que se había caído, me levanté y miré por la ventana;
entonces vi todo aquel humo». En el piso de al lado, su mujer
Evelyn; su hija de un año y diez meses, Unity, y otra mujer llamada
Bridget estaban vistiéndose con ropas típicas de su país para
asistir a la Christ Victory Church, tal y como hacen cada domingo.
La cantidad de humo que subía por la escalera pronto les hizo
comprender que les resultaría imposible escapar, optando por la
salida más desesperada: en apenas unos instantes abrieron las
ventanas y arrojaron dos colchones al patio interior, con la
intención de tirarse luego sobre ellos. Las mujeres envolvieron al
niño en mantas mientras una decena de vecinos colocaban los
colchones y tensaban varias mantas para recogerlo. El niño cayó
entre una nube de manos y a continuación se tiraron las mujeres.
Evelyn sufrió un leve esguince en las cervicales y Bridget se
rompió un brazo tras salir despedida del colchón y golpear contra
el suelo, unas secuelas muy leves si se tiene en cuenta la altura
desde la que se lanzaron.
A los pocos minutos, la finca se llenó de vehículos de bomberos,
coches de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía y
ambulancias del 061, que trasladaron a los heridos a Son
Llàtzer.
El fuego quedó extinguido a los pocos minutos, aunque las llamas
arrasaron por completo la pequeña casa, perteneciente a un bloque
de humildes viviendas. Los bomberos optaron por desalojar a todo el
vecindario, que ayer se arremolinaba en los patios para comentar lo
sucedido.
Aunque se desconocen las causas del fuego, Jaime apunta a que
podría deberse a una estufa que se dejaron encendida, ya que las
llamas se propagaron desde el salón, afectando primero a un sofá y
luego al resto de la casa.
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