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Un joven colombiano de 25 años, Johnny Alexander Restrepo, fue condenado ayer por la Audiencia Provincial a tres años y 11 meses de cárcel por introducir medio kilo de cocaína, que llevaba oculta en la entrepierna y en un calcetín.

El 'correo' fue interceptado el pasado 5 de octubre a las 08.00 horas instantes después de bajar del barco Sorolla, que acababa de llegar de Valencia.

Dos agentes de la guardia civil que realizaban labores de vigilancia en el Port de Palma detectaron algo sospechoso y decidieron someter al joven a un registro. De este modo hallaron los dos paquetes, perfectamente embalados en celofán. En total, la droga arrojó un peso de 582 gramos con una pureza del 61 por ciento, y los expertos creen que está valorada en 41.000 euros.

En principio la fiscal solicitaba una pena de siete años de cárcel para el acusado, aunque llegó a un acuerdo con su abogado para rebajar la pena a tres años y 11 meses y al pago de una multa de 80.000 euros.

La representante del Ministerio Público apreció la atenuante de toxifrenia, al considerar que en el momento de los hechos el joven 'correo' era adicto a la cocaína. El acusado, que probablemente fue captado por un grupo organizado que opera en la costa de Levante, aceptó el encargo aunque fue interceptado. Ayer por la mañana, y ante el tribunal de la Sección Segunda, reconoció los hechos.

Precisamente, el transporte marítimo que opera desde Valencia y Barcelona se ha convertido en una de las vías más frecuentes de entrada de droga en la Isla. Pocos días antes de la detención de este hombre, otro individuo fue interceptado en el puerto de Palma con once kilos de hachís ocultos en su vehículo. En ocasiones los métodos para ocultar la sustancia son peligrosos, ya que los 'narcos' ingieren la droga. En otras, como sucedió hace varios meses, un hombre de 42 años fue detenido al bajar de este mismo buque con 50 kilos de hachís y uno de cocaína ocultos en el parachoques de su coche.