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La Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC), valora de forma muy positiva el nombramiento de Joan Mesquida Ferrando como director general. Joan Miquel Perpinyà, secretario de comunicación, recuerda que la AUGC cuenta con 25 mil afiliados, de los que 500 están en Balears. Perpinyà señala que el nombramiento ha sido recibido en el colectivo «con satisfacción», y añade que el principal motivo «es que tras un paréntesis de dos años años volvemos a tener en la sede de Guzmán el Bueno a un director civil. El nombramiento del teniente general Carlos Gómez Arruche fue tremendamente decepcionante, pues retrotraía a la institución 18 años atrás, a los tiempos del general Sáenz de Santa María. Durante la dictadura del general Franco las fuerzas de orden público (como se denominaba entonces a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad), eran parte de las Fuerzas Armadas y por tanto sus jefes provenían de ellas, principalmente del Ejército de Tierra. Volver a situar a un general al frente de la Guardia Civil decepcionó a muchos miembros del Instituto». Perpinyà cree que Gómez Arruche «fue designado únicamente por su condición de militar, en una apuesta personal del presidente del Gobierno sugerida por el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. Pero dos años después el Gobierno reconoce el error y corrige la situación, designando a un político de su partido para dirigir la institución. Así pues, con Mesquida recobramos la normalidad».

Al preguntarle su opinión sobre la situación actual que se vive en el Cuerpo Perpinyà manifiesta: «Joan Mesquida llega en un momento sumamemte difícil. La grave situación de conflicto que se vive de puertas adentro ha alcanzado unas proporciones poco recomendables, que tuvieron su máxima expresión el pasado día 22, en la concentración celebrada en la Plaza Mayor de Madrid y que congregó a doce mil personas convocadas por la AUGC. Los congregados gritaban 'democracia y libertad', y eso algo que parece desajustado en el tiempo, el hecho de que en pleno siglo XXI, en una democracia europea avanzada se pidan estas cosas».

Joan Miquel Perpinyà añade que el Gobierno «debe de reflexionar sobre la urgente e inaplazable necesidad de abordar las reformas que su programa electoral de 2004 incluía: un nuevo régimen disciplinario que elimine las sanciones privativas de libertad, con mayores garantías y que elimine la concurrencia con el Código Penal Militar. Además, el Gobierno debe impulsar una ley que establezca el régimen de derechos y deberes de los guardias civiles, eliminando las actuales restricciones injustificadas en los derechos fundamentales de los guardias civiles y que regule el derecho de asociación profesional de los agentes para la defensa de sus intereses económicos, profesionales y sociales. En la AUGC creemos que los principales obstáculos durante estos dos años han sido Bono y Arruche».

Sobre la desmilitarización de la Guardia Civil, Perpinyà recalca que «Estas reformas no suponen en absoluto que vaya a ser así. EStá claro que es lo que muchos deseamos y consideramos necesario, porque dignificaría la profesión de guardia civil y supondría el reconocimiento de muchos derechos que hasta ahora han sido negados».

Con respecto al ámbito de Balears, el secretario nacional de comunicación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles declara: «Joan Mesquida tendrá mucho trabajo por hacer: el enorme déficit en cuarteles que padecen las islas, principalmente en Palmanova y Formentera, requerirán de un esfuerzo para la construcción de nuevas dependencias que sólo puede estar dispuesto a acometer alguien 'de los nuestros'. Y también tiene por delante el reto de dar estabilidad a la plantilla de las islas, de forma que no se marchen a sus lugares de orígen en cuanto tienen una oportunidad, y eso puede lograrse con una adecuada política de incentivos». Para terminar, Joan Miquel Perpinyà asegura que «desde la AUGC le deseamos a Joan Mesquida la mayor de las suertes desde su nueva y difícil responsabilidad, le ofrecemos nuestra ayuda y nuestra colaboración leal y sincera, basada en el diálogo y en el respeto mutuo. Sólo así podremos sacar a la Guardia Civil de la calamitosa situación en la que está ahora mismo».