El pasado mes de mayo, Perelló protagonizó un incidente en la Audiencia Provincial de Palma, donde estaba siendo juzgado junto a nueve miembros de un clan de narcotraficantes de El Prat de Llobregat y Son Gotleu. Antes del inicio del juicio, varios de los acusados comenzaron a insultarle. Los insultos fueron subiendo de tono hasta que varios individuos se abalanzaron sobre él, propinándole puñetazos y patadas y obligando a intervenir a policías antidisturbios. En esta ocasión, los acusados también culpaban a José Perelló de engañarles en la venta de varios inmuebles.
Según los afectados, emodus operandi era igual en todos los casos. Todos los perjudicados son personas muy próximas a la familia del acusado, a quienes convencía para que les firmasen amplios poderes notariales. Mediante éstos, Perelló podía realizar en su nombre todo tipo de actos de administración, entre los que se incluía la venta de sus fincas, que quedaban hipotecadas.
Perelló fue condenado por esta causa a tres años de cárcel por comprar cocaína a una persona de etnia gitana, conocida con el apodo de «El Farru», y ofrecerla posteriormente a empresarios y personas de más o menos relevancia social de la isla. Tras su detención ingresó en la cárcel, y un mes después salió tras pagar una fianza de doce mil euros.
EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Un juzgado de Palma ha admitido a trámite varias querellas criminales presentadas contra José Perelló, un conocido mecenas del deporte mallorquín, y que ha apoyado a más de 1.000 deportistas de Balears a través de patrocinadores.
Perelló fue presidente de la Fundació Espai Global d'Esports i Cultura (FEGEC), y estuvo relacionado con el Santa Ponça de fútbol, del que fue presidente, el básquet masculino y femenino de Porreres, el básquet femenino Costa de Calvià, un club de atletismo, uno de balonmano, uno de natación con aletas y otros. Algunos de estos clubes tienen ahora graves problemas al no haberse hecho efectiva la cantidad económica que se les prometió.
En esta ocasión, los querellantes son pequeños propietarios de distintos puntos de la isla, y acusan a Perelló de estafa documental y fraude mercantil, después de que Perelló hipotecase las propiedades que poseían, sin su consentimiento, por un valor total de 1.058.220 euros.
Uno de los afectados es un pastor de Inca de 70 años de edad, amigo íntimo del padre de José Perelló y propietario de una vivienda y siete parcelas agrícolas. El pastor, inexperto en asuntos inmobiliarios, decidió poner en venta una de las parcelas y firmó un poder notarial en febrero de 2004. Al cabo de varios meses, el hombre acudió al registro de la propiedad y se encontró con que la finca de la que quería desprenderse no había sido vendida. Por el contrario, descubrió que otra de las fincas había sido hipotecada por 162.300 euros, otras seis por valor de 300.000 euros y que la restante había sido vendida hasta en dos ocasiones, por 96.200 euros y 24.500 euros. Según el abogado de este hombre, Perelló desarrolló «una estratagema engañosa y eficiente, urdida meticulosamente para inducir a error a la víctima».
Otro afectado es un vecino de Esporles, cuya familia tenía una buena relación de amistad con la de Perelló. Al parecer, el mecenas le pidió que le hiciera «el favor» de figurar como administrador de sus bienes, puesto que Perelló tenía problemas legales. El amigo accedió y firmó, sin leerlo, un poder notarial que era justo lo contrario, puesto que, lejos de hacerle poseedor de los bienes de Perelló, convertía a éste en el administrador de la única propiedad de su amigo. Al cabo de dos semanas hipotecó la finca de éste dos veces, la primera por 59.520 euros y la segunda por 84.200 euros.
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