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G. PICÓ-P. MATAS
La Guardia Civil presentó ayer por la mañana ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia, al dueño de la finca de Bunyola donde apareció el cadáver de un inmigrante carbonizado el pasado miércoles. El propietario fue detenido acusado de un presunto delito de encubrimiento de homicidio y otro contra el derecho de los trabajadores. Después de declarar ayer ante el juez quedó en libertad con cargos. Las diligencias serán remitidas al Juzgado de Instrucción número 4, que instruye el caso ya que estaba de guardia el día que se encontró el cuerpo sin vida de Keber K, natural de Mali y 34 años.

Mientras tanto, la Guardia Civil continúa realizando numerosas gestiones para aclarar los hechos y sigue sin haber ninguna hipótesis clara, por lo que se trabaja en varias líneas de investigación.

Después de tomar declaración a un gran número de personas, los investigadores han logrado reconstruir parte de los hechos. Así, se sabe que el martes por la mañana el inmigrante de Mali acudió a trabajar a la finca, ubicada junto a la carretera de Bunyola a Santa Maria, a mitad de camino.

El martes por la tarde, una persona vio que se había hecho una hoguera en esta finca. Al parecer, la encendió el inmigrante para calentarse. A última hora de la tarde, el dueño acudió a la finca y encontró el cuerpo. Al no saber qué hacer pidió ayuda a un responsable de la funeraria de Santa Maria, que ha sido citado a declarar como imputado al igual que su mujer porque tuvo constancia de los hechos.

No obstante, no fue hasta la mañana siguiente cuando el dueño de la finca dio aviso al 112 del hallazgo del cadáver.

Otro dato que ha revelado la autopsia es que Keber murió al inhalar monóxido de carbono y por carbonización, pero se investiga por qué motivo.