Lo que más llamará la atención será ver a los motoristas de la Guardia Civil sin sus peculiares botas altas, que serán sustituidas por unas de media caña, por lo que irán dentro del pantalón. «Las botas, junto al polo de manga corta amarillo, que sustituye a la camisa de manga corta y al peto reflectante, con un tejido mucho más transpirable y cómodo, son los cambios más apreciables a simple vista, pero que afectan a todas las prendas del uniforme de los componentes de la Agrupación de Tráfico», se informa en la revista del Cuerpo.
La idea de cambiar la uniformidad no es nueva, pero ha sido durante los últimos dos años y medio cuando se ha incrementado. Antes de la adquisición de los nuevos trajes se han realizado numerosas pruebas con las prendas para lograr que sean «perfectas», indica la revista de la Guardia Civil. En este sentido apunta que muchas policías autonómicas, locales e incluso extranjeras se han interesado por las características de los nuevos uniformes para su implantación.
El pantalón del motorista también cambia considerablemente. Va por fuera de la bota, es más holgado, tiene bandas reflectantes en la parte baja y protectores de rodilla y cadera, que se pueden quitar fácilmente, para facilitar su limpieza.
La chaqueta cambia de materiales, pero su estética no difiere mucho de la actual. Se puede unir a los pantalones con una cremallera, convirtiéndose así el uniforme de dos piezas en un mono.
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