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JAVIER JIMÉNEZ
Diez cámaras de seguridad grababan todo el día a los discapacitados de Inca que trabajaban en el centro Per Envant, cuyo director y empleada siguen detenidos por acoso laboral y malversación.

La primera denuncia que se cursó contra Andrés Genestra, el director del centro, data de hace más de un año, y partió de una sindicalista de CCOO. A continuación se fueron recabando denuncias de disminuidos maltratados supuestamente por la empleada de Genestra y se llegó a la conclusión policial de que el responsable de Per Envant permitía ese acoso laboral a los enfermos psíquicos y físicos. Los investigadores han averiguado que María C., la trabajadora detenida, insultaba supuestamente a los deficientes con expresiones del tipo: «Sois unos subnormales inútiles». Aquella situación creó crisis de ansiedad y ataques de pánico a varios internos, que tuvieron que dejar el trabajo.

Las diez cámaras de seguridad enfocaban directamente a los disminuidos, que se veían presionados para rendir laboralmente al máximo, casi en régimen de esclavitud. También hay constancia policial de que a uno de los afectados le arrojaron unas tijeras durante una de las habituales reprimendas. La otra vertiente de la investigación, la referente a la malversación de fondos, es más compleja. Supuestamente Andrés Genestra cobró más de 300.000 euros en subvenciones para cursos de formación y otras actividades, algunas de las cuales no llegaron a realizarse.

La Guardia Civil está investigando la relación del director del centro con algunos responsables del Ajuntament d'Inca, que le entregaron subvenciones. También se rastrean sus contactos con personal del Govern. El local donde presuntamente eran acosados laboralmente los discapacitados es propiedad del Ajuntament d'Inca y hace un tiempo albergaba el cuartel de la Guardia Civil. Genestra y su empleada pasaron ayer la noche en los calabozos de la Comandancia palmesana, y está previsto que mañana por la mañana presten declaración en el juzgado de guardia de Inca.

Hace algunas semanas la regidora Inés Maroto, con la que Genestra mantenía una buena relación, inauguró unos cursos que en realidad no llegaron a impartirse.

Fuentes de la Benemérita de Palma informaron ayer que el viernes, cuando se llegó a cabo la operación en el centro Per Envant, agentes de la Policía Local acudieron en distintas ocasiones a esas oficinas para interesarse por lo que estaba pasando y, supuestamente, para informar luego en el ayuntamiento.