Raúl Alfredo, a su llegada ayer por la mañana a los juzgados de Inca, custodiado por la Guardia Civil. Foto: MARTA MEDRANO

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La titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Inca, Olga María Vicario, dejó ayer en libertad con cargos al argentino detenido por la Guardia Civil acusado de ser un pirómano en serie. La medida judicial causó ayer sorpresa e indignación entre los agentes de la Benemérita, que consideran «más que probado» que Raúl Alfredo L. quemó cuatro hoteles en el Port d'Alcúdia y otro en sa Font de sa Cala, en Capdepera.

Tal y como adelantó ayer Ultima Hora, el supuesto incendiario fue detenido en el transcurso de una operación conjunta entre la Policía Judicial de Pollença y la de Manacor. Raúl Alfredo estaba en busca y captura porque se le acusaba del incendio en el Beach Club, que causó daños millonario en la pasada Nochebuena. Luego, los agentes descubrieron que había provocado incendios en los hoteles Viva Golf, Reina Sofía, Ciudad Blanca y Paraíso. Sus huellas aparecieron en el escenario devastado por el fuego, y un testigo lo reconoció como la persona que vio entrando por una de las ventanas. El cerco se fue estrechando y finalmente el argentino fue cazado cuando salía de su piso de la calle Illes Balears, en el Port d'Alcúdia. En un registro en el inmueble se descubrió que tenía las llaves de un coche robado y efectos procedentes de un hurto reciente. Además, Raúl Alfredo ya fue detenido en 2005 por quemar el Insotel Club Cala Rajada, donde había trabajado y del que fue despedido. Con todos estos indicios y pruebas contra él los investigadores daban por hecho que ingresaría en prisión, pero ayer saltó la sorpresa. La jueza, tras escuchar de su boca que se negaba a declarar, decidió dejarlo en libertad con cargos, le retiró el pasaporte y le exigió presentarse cada viernes en el juzgado. Si no cumple con los requisitos establecidos se podría revocar inmediatamente su situación. Dos partidos judiciales -Manacor e Inca-

investigan al acusado.