Los equipos de emergencia trasladaron el cadáver del turista checo. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ
Cuando Zdenek Konopac y su mujer resultaron agraciados con un viaje gratis a Mallorca no se podían ni imaginar que él, de 55 años, volvería en ataud a su país. El turista checo murió ayer en sa Calobra cuando una piedra de cinco kilos le cayó sobre la frente. La pareja llegó por la mañana a ese enclave turístico, junto a un numeroso grupo de turistas de distintas nacionalidades.

El día había amanecido soleado, pero con un viento incómodo y temperaturas algo más frescas. Sobre la una de la tarde Zdenek atravesó uno de los dos túneles del paseo peatonal de sa Calobra, seguido de su mujer. Antes de llegar al segundo se produjo el inesperado desprendimiento. Una roca de cinco kilos de peso cayó desde uno de los acantilados, con tanta mala suerte que impactó contra la frente del extranjero.

El hombre se desplomó fulminado, sobre un gran charco de sangre. Su esposa sufrió una crisis y otros turistas quedaron muy afectados por el trágico accidente. El centro de emergencias del 112 puso en marcha el dispositivo de urgencia y la Guardia Civil y una ambulancia del 061 se dirigieron hacia sa Calobra. El hombre permanecía inconsciente, aparentemente muerto, y cuando los sanitarios llegaron intentaron reanimarlo, con masajes cardiopulmonares.