Por estos hechos también está acusado Jorge S.G., que se encuentra en paradero desconocido.
Según las investigaciones, los dos inculpados se dedicaban por aquel entonces a hacer trabajos de albañilería y a cuidar los animales de los residentes del poblado.
Ambos convivían en una chabola con la víctima, un nigeriano de 33 años de edad llamado Moussa. Este hombre tenía fama de «conflictivo» entre los habitantes de Son Banya, y había protagonizado varias peleas por asuntos de drogas. Además, según los acusados, les solía sustraer pequeñas cantidades de droga para satisfacer sus propias necesidades de consumo.
La situación se fue tensando hasta que, varias semanas antes del incendio, Moussa fue detenido por la policía tras intentar violar a una joven del poblado en el interior de una furgoneta. Esta agresión encendió los ánimos en el poblado.
En la mañana de los hechos, Moussa echó a patadas a los dos acusados de la chabola a golpes, después de una discusión por un asunto de compraventa de drogas.
Ante esta situación, Antonio y Jorge se fueron a buscar una garrafa de cinco litros repleta de gasolina, rociaron el exterior de la chabola con el líquido inflamable y le prendieron fuego.
Según un informe realizado por la policía, los acusados utilizaron un pañuelo rociado con gasolina y lo arrojaron contra la chabola para prenderle fuego.
Los dos autores materiales fueron detenidos al cabo de varias horas por la policía. De camino a Jefatura, ambos admitieron haber prendido fuego a la chabola, aunque manifestaron que no sabían que Moussa se hallaba dentro.
La víctima fue trasladada a Son Llàtzer y de allí a la Unidad de Grandes Quemados de Vall d'Hebron, donde ingresó en estado muy grave con quemaduras de segundo y tercer grado en el 22 por ciento de su cuerpo. Tras mes y medio y varias operaciones que incluyeron injertos de piel, salió del hospital.
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