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L.MOYÀ/J.MESTRE María Àngeles Leciñena, consellera d'Interior, aseguró ayer que la dirección general d'Emergències «no falló» a la hora de prever la tormenta que el pasado jueves asoló Mallorca. «Sabíamos que había riesgo de tempestad, pero era difícil conocer con antelación la magnitud que terminó adquiriendo». Según Leciñena, el Instituto Nacional de Meteorología «debería haber advertido del riesgo de tornados», un fenómeno que, a su vez, es «difícil de predecir». «No hubo error, vivimos una situación adversa imprevisible».

Para la consellera, ayer todavía era «demasiado pronto» para «valorar económicamente los daños ocasionados» por la tormenta, sobre todo porque «todavía falta conocer con exactitud los daños que ha causado entre los ciudadanos y, también, entre los agricultores». Por eso pidió a los mallorquines afectados que llamen al 012 para denunciar los desperfectos que la tempestad les ha causado, un servicio que, a partir de hoy a las 12.00 horas, se verá reforzado con más operadores, que podrán atender 200 llamadas cada hora, y con la ampliación de su horario, que será de 08.00 a 20.00 horas.

Leciñena pidió a los ciudadanos que aporten fotografías de los daños para que puedan hacerse los peritajes posteriores. Una vez valorados los desperfectos ocasionados tanto a los ciudadanos como a las infraestructuras públicas, podrá conocerse el alcance del desastre.

A lo largo del día de ayer, más de 500 operarios trabajaron para finalizar con las tareas de limpieza de carreteras y calles, un quehacer que 300 operarios realizaron a lo largo de la noche del jueves al viernes. «La mayoría de los municipios ha podido hacer frente a los incidentes con sus propios medios sin tener que recurrir a nuestra ayuda», aseguró Leciñena.

Según la consellera d'Interior, la tormenta se «retroalimentó en la bahía de Palma», hecho que, sumado a otros fenómenos, hizo que la tempestad fuera tan destructiva. Si el fenómeno se hubiera conocido a tiempo, el Govern podría «haber avisado a los ciudadanos» y les podría haber advertido que «no salieran de sus casas». «Fue imposible», quiso remarcar Leciñena.

Por su parte, la presidenta del PP balear, Rosa Estarás, espera que el Govern explique lo ocurrido durante la tempestad y dijo que el gabinete tiene todo el apoyo de los populares para solventar la situación. Estarás no se atrevió a culpar al Govern de no haber informado antes de lo que podría ocurrir porque, según argumentó, «el PP quiere hacer una oposición responsable».