TW
0
E.L.V. El día después de una tromba que será recordada durante muchos años, los ciudadanos de Palma amanecieron entre un mar de reacciones políticas y la pregunta de si el desastre era previsible.

En Ciutat, las fuerzas políticas comenzaron ayer a unificar criterios para solicitar la declaración de zona catastrófica en las zonas afectadas. Y en Madrid, el Consejo de Ministros aprobó abrir una línea de ayuda para los damnificados.

Hoy mismo Joan Clos, ministro de Industria, Turismo y Energía se desplazará a Mallorca para evaluar daños.
Las discrepancias y preguntas incómodas también comienzan a ser palpables. ¿Era previsible una tormenta de estas consecuencias? La consellera de Interior, María Àngeles Leciñena, afirmaba ayer que la dirección general de Emergències no falló en su pronóstico, mientras que el Centre Meteorològic reconoce haberse quedado «corto» en las predicciones».

Entre tanto, tres personas continúan ingresadas en estado grave en Son Dureta mientras centenares de particulares empiezan a hacer números para evaluar qué coste económico tendrán que asumir por una tormenta que apenas duró 15 minutos.