TW
0
Guillermo Ortego «Si me sacas otra tarjeta, te mato». Con estas palabras se dirigió ayer el jugador número '4' del Cardassar, Pedro Mas Gomila, al colegiado del encuentro, Gómez Romero, durante el partido de Preferente que enfrentaba a su equipo con el Collerense.

La acción sucedió en el minuto 40 de la primera parte del partido Cardassar - Collerense correspondiente a la décima jornada de Liga de Primera Regional Preferente, cuando con 0-0 en el marcador, el árbitro señaló penalti a favor de los visitantes tras recibir un jugador del Collerense una patada en la cara.

Según señaló anoche el colegiado a este periódico: «Hasta ese momento el partido había transcurrido por los cauces normales y no se había producido ninguna acción merecedora de ser castigada con tarjeta».

Tras la decisión del árbitro, los jugadores locales rodearon al colegiado y le protestaron su decisión. Ante las protestas de Mas Gomila, Gómez Romero le enseñó la cartulina amarilla. En ese momento amenazó al trencilla si éste era capaz de sacarle otra tarjeta y expulsarle. Ante este comportamiento y cumpliendo con el reglamento, el colegiado iba a expulsar al jugador con tarjeta roja directa pero no le dió tiempo.

Mas Gomila cogió desprevenido a Gómez Romero y le propinó varios golpes en la cara, en el cuello y en las orejas, llegándole a romper la camiseta. La cosa no llegó a mayores por la rápida actuación de los jugadores locales y personal del club, que se apresuró a calmar y separar al agresor del árbitro.

En ese momento el colegiado del partido tomó la decisión de suspender el encuentro y retirarse al vestuario. Allí técnico y jugadores del Cardassar trataron de convencerle para que se reanudará el juego pero éste se negó al no encontrarse en condiciones de seguir pitando.

Una vez suspendido definitivamente el encuentro, el árbitro redactó el acta recogiendo en ella todo lo sucedido, es decir, que el jugador número cuatro de los locales, Pedro Mas Gomila, en primer lugar se había dirigido hacia su persona amenazándole de muerte, que le había propinado varios golpes, que le había roto la camiseta, y que por estos motivos había decidido suspender el encuentro.

El colegiado reconoció que «durante esos minutos en ningún momento me puso nervioso ni temí por mí integridad, todo lo contario, estuve muy tranquilo y mantuve la compostura en todo momento». Sin embargo, «una vez fuera del campo si se apoderaron de mi los nervios», afirmó.

A continuación se dirigió al hospital para recibir asistencia médica pero ante la imposibilidad de ser atendido lo hará durante el día de hoy. El agredido tiene varios hematomas en su cuerpo como consecuencia de la agresión que sufrió.

A pesar de este triste suceso, Gómez Romero asegura que «con estas acciones no nos quitarán, ni a mí ni al resto de colegiados las ganas de pitar porque es lo que nos gusta hacer».

Gómez Romero espera que esta acción no quede impune de sanción aunque ahora es el Comité de Competición el que tiene la responsabilidad, ya que una vez leída el acta, deberá tomar cartas en el asunto y pronunciarse al respecto.