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JAVIER JIMÉNEZ El centro para personas mayores de Consell, ubicado en la calle Roser, vivió ayer por la mañana una jornada intensa. Un camión cargado con gasoil llegó hasta el recinto, que depende del ayuntamiento, y comenzó a descargar el combustible en un depósito. El problema fue que los operarios daban por hecho que el depósito estaba vacío, cuando en realidad no era así. La manguera comenzó a descargar el gasoil y de repente el líquido se derramó y salió a la calle, en cantidades importantes. La alarma cundió rápidamente, aunque en realidad el riesgo de deflagración o incendio era escaso: «Sólo a 200 grados de temperatura prende el gasoil», matizó un especialista personado en aquella calle de Consell. Sin embargo, y como medida de precaución, el centro de emergencias del 112 puso en marcha un dispositivo en el que participaron bomberos del Consell y policías locales. El alcalde de Consell, Andreu Isern, se desplazó hasta la calle Roser para interesarse por la situación, pero los equipos de urgencias le tranquilizaron y le comunicaron que estaba controlada.


Los bomberos arrojaron arena sobre la calzada, delante del centro de mayores, y la calle, durante las tareas, quedó cortada al tráfico. Algunos vecinos se acercaron al centro para conocer detalles del incidente y no fue necesario evacuar el edificio porque en realidad no hubo peligro inminente para las personas.