El nuevo cuartel de la Guardia Civil de Inca tiene gafe. A los pocos meses de su inauguración ya ha sufridos dos sobresaltos: en octubre el temporal tiró gran parte del muro exterior y ahora Interior ha clausurado los calabozos por irregularidades.
Las nuevas instalaciones fueron inauguradas hace unos meses por el director general de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía. Era un cuartel muy necesario, dado el volumen de trabajo en la comarca de Inca. Recientemente inspectores del Ministerior del Interior se personaron en el recinto y tomaron fotografías y medidas de las celdas.
A continuación procedieron a cerrarlas, de forma provisional mientras se solventan las carencias. Las fuentes consultadas no pudieron precisar cuál era defecto que había provocado la clausura, pero no se descarta que se trate de las dimensiones de los calabozos, que serán excesivamente pequeñas para la normativa actual.
El problema ahora es doble, porque los detenidos en Inca tienen que ser trasladados a los cuartel del Puerto de Pollença, cuyas celdas también son muy reducidas, o a los de la Comandancia palmesana, que sí que reúnen las condiciones necesarias.
El hecho de que los detenidos de Inca tengan que ser trasladados fuera de la comarca supone, también, que una patrulla debe custodiarlos y esa unidad no puede ser utilizada en otra labor mientras dura el traslado a Palma o Port de Pollença.
No es la primera vez que el Ministerio del Interior clausura dependencias de los cuarteles beneméritos de la Isla. Hace un tiempo fue Palmanova, que todavía se encuentra en un estado de gran deterioro.
Las fuentes consultadas mostraron su sorpresa por lo ocurrido en Inca, ya que se trata de un acuartelamiento nuevo y no debería haber surgido ningún problema interno.
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