Richard Henry Roberts, el principal acusado del crimen de Magaluf, ha confesado que mató a puñaladas a su compatriota Daniel Hastelow porque se sentía amenazado por él. La enemistad entre ambos venía de lejos y el pasado viernes los dos se enfrentaron en un pub de la zona. Richard padece una enfermedad terminal y está extremadamente delgado. Daniel, por el contrario, era muy voluminoso.
El de Liverpool, que tiene 35 años, contó que temía por su integridad y que en la madrugada del sábado decidió presentarse en el apartamento de Daniel y saldar cuentas con él. Pensaba que si no pegaba el primero acabaría siendo la víctima.
El acusado, que ayer continuó recluido en los calabozos de la Comandancia palmesana, ha exculpado de la autoría material del crimen a su compañero detenido, Paul Anthony Griffits.
Sería un cooperador necesario, pero no habría asestado ninguna de las puñaladas que recibió el joven británico. Los dos compatriotas prestarán declaración hoy por la mañana ante el juez de guardia, en el edificio de Vía Alemania.
La Policía Judicial de la Guardia Civil ha cerrado prácticamente el caso, aunque quedan algunos flecos por concluir. Uno de ellos es la localización del arma homicida, un cuchillo que los dos obreros de Liverpool arrojaron al mar en Magaluf la misma madrugada del crimen.
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