19/01/08 0:00
P.M.
Una patrulla de la Policía Local de Sant Llorenç se llevó una «sorpresa» cuando, la madrugada del jueves, pararon al conductor de un turismo. El hombre estaba solo en el vehículo, no llevaba pantalones ni zapatos, y presentaba un estado de «total y absoluta intoxicación etílica». Tal era la «castaña» que llevaba encima, que hay quién dice que, dentro de lo serio del asunto y del peligro que supone conducir en ese estado, su detención y manifestaciones posteriores fueron ocurrentes y hasta graciosas. Todo empezó sobre las 00.45 horas en la avenida ses Avines, en sa Coma. Los policías vieron que un coche circulaba en dirección contraria, a velocidad muy reducida y golpeando repetidas veces los neumáticos con el bordillo de la acera. Los agentes dieron orden al conductor de que se detuviera, cosa que el hombre hizo sin dilación. Cuando los policías se acercaron a la ventanilla del coche comprobaron su estado lamentable, tenía serias dificultades para expresarse y desprendía un fuerte olor a alcohol. Cuando le solicitaron que se sometiera a la prueba de la detección alcohólica el hombre dijo textualmente: «Que me lleven a prisión, yo no soplo». viendo esta actitud y, sobre todo al confirmarse segundo a segundo el estado del hombre, los policías le insitieron d emanera reiterada, y le informaron claramente de las consecuencias que podía acarrearle el negarse a efectuar la prueba de la etilometría. Pero el hombre continuó negándose en todo momento, parecía «feliz» y hasta la daba la impresión de que la historia no iba con él.
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