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GUILLEM PICÓ-PEP MATAS Miguel Àngel González, de 42 años, el mallorquín que ha estado preso 18 meses en una cárcel argentina, salió ayer del centro penitenciario a las seis de la mañana (hora local) y dijo que le daba la impresión «de que acabo de salir del infierno». La odisea de Miguel Àngel se inició el 29 de agosto de 2006, cuando fue detenido en Buenos Aires acusado de tráfico de cocaína.

Dos meses después se puso en contacto con este periódico desde la cárcel de Devoto para contar la odisea que estaba viviendo. Una historia que se publicó los días cinco y seis de noviembre del citado año. En síntesis, Miguel Àngel relató que viajó a Buenos Aires por encargo de una red de narcotraficantes que opera en Mallorca.

El mallorquín tenía problemas económicos y aceptó viajar a Argentina y regresar con tres kilos de cocaína. Pero una vez en Buenos Aires se arrepintió, y mediante correos electrónicos se puso en contacto con el CNP de Barcelona, contando el motivo de su viaje y ofreciéndose a que, cuando llegara a la Ciudad Condal, antes de seguir el viaje a Palma, fuera interceptado.

Pero el vuelo de partida de Buenos airés se anuló, él dejó la maleta facturada en Air Madrid y a la mañana siguiente, cuando estaba prevista la hora de salida, Miguel Àngel asegura que se quedó dormido y perdió el vuelo. Cuando se fue al aeropuerto el contenido de la maleta había sido descubierta por la policía y quedó detenido. Ayer, el hombre se puso de nuevo en contacto con este periódico para anunciar su puesta en libertad.

Los delitos que había cometido, según la legislación argentina, podían suponerle una pena entre los cuatro y medio y los dieciséis años de prisión. Pero en base al atenuante de arrepentimiento, el fiscal y su abogada defensora pactaron un acuerdo, por el cual se aceptan tres años de cárcel. Al haber cumplido los 18 meses queda libre. Pero el pacto tienen que ratificarlos los jueces, por lo que Miguel Àngel dice que «todavía tengo que estar un mes en Argentina, hasta que se firme el pacto, y entonces regresaré a Mallorca». El hombre añadió que «en el pacto se me ha retirado por parte del fiscal el delito de comercialización de la droga, y se ha dejado el de contrabando, por lo que la pena se ha visto bastante reducida».

Con respecto a los 18 meses que ha pasado en dos cárceles, primero en la de Devoto, y después en la de Ezeiza, Miguel Àngel relata que ha sido «una experiencia muy dura. Me da la impresión de que acabo de salir del infierno, pero el caso es que ya estoy fuera. Ahora se trata de esperar, regresar a Palma lo antes posible y empezar una nueva vida, porque tengo claro que tendré que empezar de cero».

Miguel Àngel añadió que «en estos 18 meses he hecho tres huelgas de hambre, la primera colectiva con otros miles de presos, y las últimas yo solo. Cuando llegué a Buenos Aires pesaba unos 107 kilógramos y ahora me he quedado en unos 72, pero esto no es lo peor que me ha pasado...ha sido todo muy 'fuerte' pero ahora hay que pasar página».

Cuando hacía estas declaraciones Miguel Àngel se encontraba frente a la Embajada de España, esperando a que se abrieran las puertas «porque tengo que solucionar unos problemas. Espero que aquí me ayuden a buscar un lugar donde residir hasta que los jueces den el visto bueno al pacto y pueda salir de Argentina, aparte de otro tipo de ayudas que me han prometido».

Miguel Àngel González se dio a conocer en Mallorca en 1995, cuando organizó la primera feria erótica. Al año siguiente organizó la de Barcelona, y en 1997 repitió experiencia en la Isla, en concreto en Calvià.