«El mar estaba picado y una ola me lanzó al agua. Luego mi llaüt chocó contra las rocas y me encontré con que era muy difícil salir del agua, que además estaba muy fría», añadió. Lucas, para mayor desgracia, perdió sus gafas y vivió y pensó que iba a morir ahogado. De repente, tres muchachos llegaron hasta él nadando y le ayudaron a salir del agua. Ya en la arena, su estado no mejoraba: «Estaba exhausto», comenta. El pescador fue trasladado en ambulancia hasta el hospital de Son Llàtzer, donde los médicos le atendieron de hipotermia y síntomas de asfixia, ya que había tragado mucha agua. Estaba semicrítico, pero se recuperó de forma favorable y ayer por la mañana ya estaba en una habitación de planta, esperando el alta.
Una de las preocupaciones de Lucas era su embarcación, que zozobró por el golpe de mar y resultó dañada al estrellarse contra las «Llevo veinte años con ella y me gustaría mucho restaurarla».
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