TW
0
JAVIER JIMÉNEZ Es de tez muy morena, rostro ovalado, políglota, mide cerca de un metro y ochenta centímetros y su complexión es fuerte. Se trata del pervertido de Muro que en el último año ha atacado sexualmente al menos a diez mujeres. Su última víctima es A.A., una mallorquina de Es Raiguer que ayer contó a su perturbadora experiencia.

Ultima Hora

«Era el pasado sábado por la mañana, a eso de las diez. Yo paseaba por las dunas de la playa de Muro, a la altura de la segunda torre de vigía, en dirección a Alcúdia. Me desvié hacia las dunas y de repente apareció ese hombre, que se abalanzó sobre mí», relata. A.A. empezó a correr cuando intuyó las intenciones del desconocido, que vestía únicamente un bañador. El individuo la siguió, le dio alcance y la sometió a tocamientos. Ella consiguió zafarse y llamó a gritos a una pareja de alemanes que se encontraba por los alrededores. «Era increíble, pero ese hombre no se marchaba, parecía que no tenía miedo de nada. Yo saqué el móvil y le dije que iba a llamar a la policía, pero se quedó delante de mí y comenzó a masturbarse», añade.

La mujer mantuvo una sangre fría poco habitual en estos casos: «Sé que lo que hice es peligroso, pero permanecí allí, llamando por teléfono, y plantándole cara. Que viera que no le tenía miedo». La apuesta le salió bien y el sátiro no intentó violarla. Simplemente finalizó su trabajo manual y se marchó, a paso tranquilo, como si estuviera paseando por entre las dunas.

A.A., todavía con el susto en el cuerpo, acudió a la oficia de denuncias de Alcúdia y después fue citada por la Policía Judicial de la Guardia Civil en el cuartel del Port de Pollença para que reconociera algunas fotografías de sospechosos. «El rostro no se lo vi claramente porque llevaba una gorra, pero pude dar una descripción bastante completa».

La Guardia Civil lleva meses investigando los asaltos a mujeres y ha montado vigilancias estáticas y móviles en la zona de Alcúdia, Can Picafort y Muro. El número exacto de mujeres que han sido abordadas por el rijoso es una incógnita, ya que los investigadores temen que muchas de las víctimas no hubieran denunciado para no complicarse sus vacaciones en Mallorca. «Por mi aspecto también parezco extranjera, así que es probable que ese individuo me confundiera», opina la última víctima.

La Guardia Civil cree que el delincuente se hace pasar por un bañista o un paseante para camuflarse en la zona de las dunas en busca de mujeres solas. En verano del año pasado actuó en numerosas ocasiones y cuando llegó el invierno desapareció. Ahora, con las temperaturas más altas, ha vuelto a actuar. Un dato que llama la atención de la Benemérita es que en todos los asaltos sexuales el pervertido iba a rostro descubierto, sólo tocado por una gorra. El retrato robot confeccionado por las víctimas coincide en los rasgos característicos, por lo que parece seguro que se trata de un solo sátiro, y no de varios como se llegó a especular. Las horas en libertad del lujurioso podrían estar contadas.