TW
0
JULIO BASTIDA El reloj marcaba las cinco de la tarde del pasado viernes, cuando tres jóvenes de nacionalidad marroquí tocaron el timbre de la puerta de madò Francisca Oliver Carbonell, una mujer de 86 años que reside en el número 51 de la calle Fra Juniper Serra de Inca.

La octogenaria nunca pensó que a partir de ese instante empezaría a vivir la peor de sus pesadillas.
Los tres jóvenes empujaron fuertemente a la víctima, le propinaron golpes y la arrastraron por toda la vivienda hasta llegar a una de la habitaciones. Una vez allí, la amordazaron y ataron con unas correas de pies y manos, también emplearon un rollo de cinta de embalaje. Además le taparon la cabeza para que no pudiera identificar a sus agresores.

«Te vamos a matar, danos el dinero o te matamos», gritaban los asaltantes.
Madò Francisca Oliver quedó traumatizada y no pudo articular ni una sóla palabra. Los tres asaltantes prosiguieron durante una hora registrando toda la casa mientras que uno de los tres súbditos magrebies la continuaba agrediendo.

La mujer dispone de un mando de tele-asistencia que tenía en su poder y apretó el botón de emergencia. El servicio médico intentó ponerse en contacto con la víctima y al no conseguirlo decidió enviar una pareja de la Policía Local a ver qué sucedía. Ellos le salvaron la vida.

Los tres sujetos iniciaron su huida y la Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación.
La mujer recuerda, «que hace dos o tres días antes de la agresión se presentaron en mi casa dos moritos para pedirme un vaso de agua y querían entrar en la casa y yo no les dejé. Al día siguiente los mismos moritos volvieron a tocarme en la puerta y me pidieron lo mismo. Yo no le di importancia», afirma la víctima.

Madò Francisca, según el parte médico facilitado por el Hospital Comarcal d'Inca, sufrió un traumatismo torácico y abdominal. Heridas inciso-contusas en la cara y en ambas manos. En el dorso de la mano izquierda sufre una herida inciso-contusa con exposición de los tendones externos y el pronóstico es grave.

Durante más de cuatro horas los agentes encargados de la investigación recopilaron huellas y sangre de los supuestos agresores. Hasta el momento no se ha producido ninguna detención pero no se descarta que en cuestión de días el cuerpo armado logre identificar y localizar a los violentos atracadores.

La mujer, poco a poco, con ayuda de sus familiares se recupera de la pesadilla.