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JULIO BASTIDA-GUILLEM MAS
Bruno Marcos Olivera Mendoza, un catalán de origen argentino de 33 años de edad y camarero de profesión en el bar de noche Migi-Migi, sito en la avenida Almirante Riera Alemany del Port d'Andratx, y Rogge Sutton, un británico de 47 años, son las dos víctimas del trágico accidente de un ultraligero en Petra.

El siniestro se produjo alrededor de las ocho y media de la noche del pasado jueves, en la finca de Son Sant Andreu, cuando varios vecinos vieron una gran columna de humo y alertaron a las fuerzas de seguridad.

Según fuentes próximas a la investigación del siniestro, la hipótesis que cobra más fuerza es la de un error humano del piloto.
Al parecer, en el aire, Rogge Sutton pudo sufrir un mareo al quedarse sin riesgo sanguíneo tras haber realizado un picado. En ese momento, el ultraligero cayó empicado y colisionó contra el suelo. Una vez en tierra se dio la vuelta y se inició un incendio del que los ocupantes no pudieron salvar la vida.

El aparato despegó de la pista de vuelo del club de vuelo Es Cruce, dieron una vuelta por Bonany y siete u ochos minutos más tarde del despegue, cuando regresaban hasta las instalaciones del club para reunirse con su novia y un amigo de ambos, se produjo el trágico desenlace. Sutton era un piloto con tres meses de experiencia en la conducción de ultraligeros, a pesar de que llevaba varios años con el título de piloto de multimotor americano. Su titulación estaba reconocida por Aviación Civil Española y el mes de agosto debía presentarse en Estados Unidos para renovar su licencia.

Al piloto le unía un buena amistad con uno de los amigos de Bruno Marco, y les obsequió como regalo de cumpleaños un viaje en ultraligero por las tierras del levante de Mallorca.

Por otra parte, Josep Sansó, titular responsable del club de vuelo ULM Es Cruce, afirmó: «Nuestro club es uno de los más seguros de España, no entiendo lo que pudo pasar. El aparato es un ultraligero autogiro de fabricación española y no tenía ni cinco meses de antigüedad. Yo no digo que no pueda existir un error mecánico, pero por la información que tengo me declino más en afirmar que se debió a un error humano», finaliza Josep Sansó que se mostró en todo momento muy afectado por el trágico desenlace.

Aviación Civil y la Guardia Civil se hicieron cargo de las investigaciones que tratarán de esclarecer las razones por las que se produjo el siniestro.